lunes, 19 de agosto de 2013

El erotismo de una calada en el gemido del deseo que estalla.

Inspírame como si fuera un cigarro que se deleita con tu boca, que juega con tu saliva perdiéndose en el humo que expulsas para acariciar el aire. Como si fuese marihuana que invade y coloniza tus pulmones, adueñándose de tu mente y pensamientos, que te coloca, te pierde, te extraña. Fúmame, pensando que cada calada que le des a mi cuerpo te hará perder más el control y que cuando me vaya te dejará un regusto amargo en la boca. Deja que mi cuerpo sea tu vicio más caro, deja que te mate de sobredosis de pasión.