viernes, 20 de septiembre de 2013

Pinceladas de color melancolía.


Se secan y caen desde la rama más alta. Esas pequeñas hojas que adornaban en paisaje otoñal en realidad estaban muriendo, al igual que mi corazón, de frío.

2 comentarios:

  1. Piensa Martina que esa hojas, cuando caen agotadas de una existencia en la que han dado todo su esplendor, vuelven a la madre tierra y allí tienen una importante función, sirven de alimento para que nuevas hojas alegren la próxima primavera. Tu corazón, ahora parece "marchito" pero piensa que cuando menos lo esperes, sentirá el calor que necesita para sentirse vivo. Me ha gustado mucho tu prosa poética. Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  2. Martina, perdona por mi atrevimiento, quería comentarte (no encuentro otro medio) que el fondo de tu blog, desde mi más humilde opinión dificulta a veces la concentración en la lectura y no se lee bien lo que está escrito directamente en ese fondo, quizás si no tuviese tanto colorido, resultaría más fácil el acceso a la información. Repito y discúlpame el atrevimiento, te lo comento en confianza como posible mejora. Un abrazo grande Martina (Borra este comentario si quieres una vez que lo leas ;)

    ResponderEliminar