miércoles, 17 de octubre de 2012

Puede que te pise los pies.


Daría cualquier cosa por ir a París, volver a Mont-matre, bailar el vals de Amelie, fundirme con las notas del piano y sentir las caricias de las manos sobre las teclas. La luz gris y bohemia, las abundantes personas en la perdida callejuela. Allí entre tanta gente sentirme sola y viva. Daría lo que fuera por volver a aquellos instantes, donde a la puerta de un café olvidé por completo el pasado.
Y con solo cerrar los ojos estoy en París de nuevo con el olor de los gofres y el dolor de pies. Me vuelve a pesar un poco esa distancia, pero antes de percatar en ella llega a mi la música, respiro. Puedo sentir como el aire se dispersa dentro de mi, como acaricia mis pulmones y, como si de una nana se tratase, sale lento y frío. No necesito más, solo bailar y abrir los ojos.
Estoy aquí, lejos de aquel café. Aquí y Ahora. Sonriendo
Aunque con una única inquietud... ¿Me permitirías este baile?

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