Pero sin embargo, conozco ese rostro que me mira desde el espejo, a veces con orgullo, aveces con reproche. Conozco los gestos, las sensaciones que se apoderan de mi cuerpo, conozco una parte de mi, quizás la que decepciona.
Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me necesites.
martes, 2 de octubre de 2012
Desconocimiento.
No me conozco, no sé quien soy, ni lo que quiero ser. No se si prefiero batido de chocolate o café, si me gusta más la naranja o la menta. Nunca sé que galletas comprar, porque de todas me canso, así que ya no compro ninguna. No me decanto ni por lo dulce ni por lo salado, prefiero comer asecas. Desconozco si son más importantes las sonrisas o las miradas. No sé si estoy enamorada a ratos o solo encaprichada. Creo que soy cariñosa pero odio ser dependiente, no me deleita oír "Te quiero" pero los necesito para seguir respirando. Nunca sé si digo la verdad o me estoy engañando, si son mejores mis palabras que mis silencios. Muchas veces tengo la certeza de que me merezco el mundo y otras que no hay nada que pueda merecerme. Ignoro si prefiero la locura a la certeza, ignoro incluso si prefiero pensar o actuar.
Pero sin embargo, conozco ese rostro que me mira desde el espejo, a veces con orgullo, aveces con reproche. Conozco los gestos, las sensaciones que se apoderan de mi cuerpo, conozco una parte de mi, quizás la que decepciona.
No me reproches nada, por favor. No sé vivir pero, al igual que tú, estoy aprendiendo.
Pero sin embargo, conozco ese rostro que me mira desde el espejo, a veces con orgullo, aveces con reproche. Conozco los gestos, las sensaciones que se apoderan de mi cuerpo, conozco una parte de mi, quizás la que decepciona.
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